El reflujo gastroesofágico se produce cuando el contenido del estómago vuelve a bajar por el esófago y la garganta, e incluso puede llegar a la boca. Se compone principalmente de jugo gástrico, que es extremadamente ácido y es responsable de la digestión.
Cuando se produce el reflujo, la persona manifiesta síntomas como acidez y ardor, porque los ácidos provocan una agresión a los tejidos del esófago, que no tienen la misma protección que el estómago. Por lo tanto, con el tiempo puede haber complicaciones como la formación de úlceras y el esófago de Barrett.
Existen opciones de tratamiento para el reflujo gastroesofágico, siendo la cirugía una de ellas. En este artículo explicaremos cuándo es necesario recurrir a este procedimiento para tratar el problema y cómo funciona esta técnica.
¿Cuándo es necesaria la cirugía de reflujo?
El tratamiento para el reflujo se adopta cuando la persona presenta constantes episodios de retorno del contenido del estómago. En este primer momento, el médico adopta técnicas conservadoras para minimizar el problema y evitar nuevas crisis.
Se administran medicamentos para controlar la producción de jugo gástrico y mejorar la motilidad del estómago. Así, la digestión se produce de forma más fácil. También se recomienda hacer un cambio en la dieta, evitando algunas sustancias y alimentos, prefiriendo porciones más pequeñas más veces al día, con un aumento en el intervalo entre la cena y la hora de acostarse, y yendo a la cama con un aumento en la cabecera.
De todos modos, la cirugía de reflujo puede realizarse si la persona presenta complicaciones, como la ya mencionada úlcera y el esófago de Barret. También para quienes tienen reflujo desde hace tiempo, con una intensidad mayor o con síntomas muy frecuentes y que no pueden permanecer sin medicación. También se puede tener en cuenta el deseo del paciente de operarse. A veces, las medidas antirreflujo y los medicamentos no son suficientes para controlar el reflujo y la cirugía puede ser una opción en determinados casos.
¿Cómo se realiza la cirugía del reflujo gastroesofágico?
La técnica más adoptada para realizar la cirugía del reflujo es la fundoplicación realizada por laparoscopia y conocida como cirugía de Nissen. Esto se debe a que es un procedimiento menos invasivo que la cirugía abierta, con una recuperación más rápida y un postoperatorio más cómodo.
La cirugía laparoscópica se realiza en un entorno hospitalario con el paciente bajo anestesia general. El cirujano realiza hasta cinco pequeñas incisiones en la región superior del abdomen a través de las cuales introducirá los instrumentos quirúrgicos y una pequeña cámara. Con su ayuda, el cirujano visualiza la zona a operar, eliminando así la necesidad de grandes incisiones.
Mediante esta técnica, el paciente suele recibir el alta un día después de la intervención. De todos modos, es necesario respetar el postoperatorio, manteniendo un reposo de una o dos semanas antes de volver al trabajo y respetando una dieta que progrese lentamente hacia los hábitos alimenticios normales, en unas pocas semanas, como se describe a continuación.
Cuidados postoperatorios
Para que la recuperación sea más rápida, se hacen algunas recomendaciones durante el postoperatorio. Una de ellas es, durante los primeros días, dar pequeños paseos para no permanecer sentado o tumbado durante mucho tiempo.
Sin embargo, es importante evitar las actividades más intensas. Además, no hay que levantar pesos, y los ejercicios físicos y las actividades diarias pueden progresar lentamente, según la orientación del médico.
También es importante mantener la zona operada limpia y seca, según las recomendaciones del especialista. El paciente también debe tomar la medicación correcta, como los analgésicos.